Introducidas hace relativamente poco tiempo, las manoplas de boxeo se han convertido en una herramienta de entrenamiento fundamental para entrenadores y luchadores en todo el mundo del boxeo y las artes marciales.
Pero no puedes simplemente colgar tus manoplas del techo. Alguien tiene que sujetarlas. Y ese alguien podrías ser tú.
Si quieres aprender el arte de sujetar correctamente esos guantes, sigue leyendo. Recopilamos una lista de siete aspectos fundamentales para crear una gran experiencia de trabajo con las manoplas!
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#1. Planifica las metas
Debes tener objetivos específicos cuando te diriges a sesiones de formación como esta. A diferencia del trabajo con sacos pesados, las manoplas ofrecen al luchador muchas opciones diferentes. ¿Te concentrarás en el ritmo y la precisión, los ejercicios de reacción, el mantenimiento de la defensa o la simulación de un próximo oponente?
Tú y tu pareja teneis que saber cuál es la meta con este entrenamiento, marca la pauta de cómo trabajar con las manoplas.
Sin embargo, dado que se trata de un entrenamiento en pareja, debes asegurarte de discutir este plan. Luchador y entrenador tienen que estar totalmente compaginados para así poder aprovechar por completo el entrenamiento y saber que espera el uno del otro.
#2. Colocar las manoplas correctamente
El entrenamiento con manoplas debería ayudar a un luchador a prepararse para un combate verdadero. Entonces, cuando sostienes las manoplas, es necesario que sea lo más real posible.
Puede que te sientas más cómodo con las manoplas lejos de tu cara o cuerpo, pero eso no proporcionará a tu luchador el mejor entrenamiento. Mantén los codos cerca de tu cuerpo en todo momento!
Para golpes rectos mantén las manoplas a la altura de la frente, justo a la izquierda o derecha de tu cabeza, y unos centímetros delante de ti. Las manoplas deben estar ligeramente inclinadas hacia adentro.
Para los ganchos, gira la almohadilla hacia adentro de modo que quede casi perpendicular a tu cuerpo. Sostén aproximadamente a la altura de los ojos para golpes a la cabeza o a la altura de las costillas para golpes al cuerpo.
Para los uppercuts, la almohadilla debe mirar hacia el suelo, aunque puedes inclinarla ligeramente hacia arriba. Sostén a la altura de la barbilla.
#3. Empuja hacia atrás contra el golpe
No querrás simplemente levantar el brazo sin fuerzas y esperar a que golpeen la almohadilla? Eso enviará tu brazo volando, tensará el codo y el hombro, y también ejercerá una tensión innecesaria en las articulaciones del luchador.
Al sujetar las manoplas, debes proporcionar resistencia a cada golpe. ¿La forma más sencilla de lograrlo? Empuja hacia atrás contra el puñetazo cuando llegue al encuentro del guante. Esto podría significar moverse hacia el guante hasta una pulgada o dos para cerrar esa distancia.
Rechazar el puñetazo ayudará a proteger las articulaciones de todos. También proporciona al luchador retroalimentación táctil y le ayudará a desarrollar un ritmo para los guantes.
#4. Adopta una postura de lucha natural
Cuando sostienes las manoplas para alguien no solo usas tus manos y brazos. Cuando lanzas golpes, usas todo tu cuerpo. Lo mismo ocurre cuando recibes golpes.
Asegúrate de estar preparado poniéndote en una posición de combate cómoda. Debes estar bien equilibrado y preparado para el impacto de cada golpe. Una postura de lucha te da esa estabilidad, mientras te deja la flexibilidad para moverte fácilmente en cualquier dirección.
5. Haz que tu luchador se mueva
El hecho de que pueda moverse alrededor del ring lo distingue de algo fijo como un saco colgado del techo. Así que usa esta habilidad.
Una vez que tú y tu luchador hayais calentado y os sintais comodos, usa tus pies para obligar a tu luchador a usar los suyos. Tienes todo el ring y toda la gama de opciones de juego de pies para elegir, así que mézclalo. Comienza trabajando en su camino hacia adelante para obligar a tu luchador a retroceder. Luego, gira hacia un lado para que tu luchador gire. Retrocede y haz que tu luchador avance.
Recuerda, tú marcas el ritmo, así que encuentra formas de hacer que tu luchador use todas sus habilidades de movimiento.
6. Dar retroalimentación
No querrás pasar una sesión completa de almohadillas diciéndole a tu pareja todo lo que ves. En su mayor parte, cualquier observación o recomendación puede esperar hasta el final de la sesión.
Pero puedes incorporar la retroalimentación en la sesión a medida que surgen las cosas.
El hecho de que puedas extender la mano y tocar a tu luchador con la manopla ayudará a corregir ciertas deficiencias defensivas más que cantar interminablemente, «¡Mantén la guardia alta!». Cuando lo veas, tócalos.
Debido a que tú controlas el flujo de la sesión, también tienes la capacidad de concentrarte en áreas que parecen necesitar trabajo adicional. Por ejemplo, si tu luchador tiene dificultades para conseguir una combinación o transición en particular, puedes concentrarte en ese problema. Ejecuta esos ejercicios por un tiempo hasta que se sienta listo para seguir adelante.
7. Ajusta su velocidad
Más que nada, controlas el nivel del desafío de la sesión de manoplas controlando la velocidad. Así que haz uso de ese control durante toda la sesión.
Empieza las cosas despacio, para que ambos os calenteis. Esto también te permite realizar ajustes en su distancia y posicionamiento. Cuando ambos estéis listos, continua con lo que hayais establecido como «velocidad máxima» para los dos.
A medida que continúa el entrenamiento, es posible que descubras que tu luchador necesita más desafíos en algunas áreas y más desarrollo en otras. Ajusta la velocidad, hacia arriba o hacia abajo, según sea necesario para mantener el entrenamiento lo suficientemente desafiante como para ser valioso, pero no tan desafiante que se vuelva frustrante.
Conclusión
Si sigues estos siete consejos, podrás darle a tu compañero de entrenamiento una gran experiencia con las manoplas. No te preocupes si no lo haces todo perfecto desde el principio. Perfeccionar la capacidad de sujetar las manoplas requiere tiempo y experiencia, como dar puñetazos. Pero una vez que marques las pautas, te convertirás en un compañero de entrenamiento invaluable para cualquier persona en tu gimnasio.
Si necesitas ayuda yo te proporcionaré el conocimiento y las directrices para que tu entrenamiento sea todo un éxito. Pásate de vez en cuando por la sección de PAOS, manoplas y patas de OSO para recibir las clases necesarias. Iré subiendo contenido semanalmente.
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1980, Barcelona, España.
Más de 20 años luchando en rings de media Europa como boxeador de peso wélter.
Cinturón negro de kickboxing.
Aficionado al Jiu-Jitsu y MMA.